Un avance significativo en la neurología vascular intervencionista está siendo liderado por el Dr. José Domingo De Obaldía, médico oriundo de la provincia de Chiriquí, desde el prestigioso Hospital Rabin Medical Center -Beilinson en Israel, donde el Dr. De Obaldía y un equipo internacional han redefinido el uso del dispositivo Comaneci, logrando revertir con una eficacia del 92.7% el vasoespasmo cerebral distal, una complicación mortal que afecta a pacientes tras sufrir la ruptura de un aneurisma.
Este aporte del Dr. De Obaldía, quien también realiza investigaciones en neurología vascular, Alzheimer y derrame cerebral en adultos jóvenes menores de 55 años e intervencionismo, sedestaca por el impacto clínico inmediato: salvar la vida de pacientes que sufren Hemorragia Subaracnoidea (HSA). Tras este tipo de sangrado, las arterias del cerebro tienden a cerrarse (vasoespasmo), lo que suele provocar infartos cerebrales masivos o la muerte.
Hasta ahora, el tratamiento estándar (angioplastia con balón) era riesgoso, especialmente en los segmentos distales más profundos y delgados del cerebro.
Innovación nacida de un desafío clínico global
El dispositivo Comaneci fue diseñado originalmente solo para asistir en el tratamiento de aneurismas de cuello ancho. No obstante, la visión clínica integrada del equipo intervencionista, con la participación del Dr. De Obaldía, permitió identificar un nuevo propósito salvavidas al aplicarlo al vasoespasmo cerebral tardío (VCT).
El VCT, que ocurre hasta en el 70% de los pacientes con HSA aneurismática, sigue siendo una de las principales causas de discapacidad y mortalidad por impedir el flujo de oxígeno al cerebro. Cuando el tratamiento médico resulta insuficiente, se requiere una intervención endovascular.
“La idea surgió al reconocer que el dispositivo Comaneci ofrece una estructura expandible y controlable que permite mantener el flujo sanguíneo. Estas características resultan ideales para dilatar vasos con espasmo sin la agresividad de un balón tradicional, que ha sido la norma durante muchos años”, explica el Dr. De Obaldía.
El estudio, publicado como experiencia preliminar, utilizó un enfoque de “apertura mecánica híbrida” donde el dispositivo se introduce a través de un micro catéter hasta las zonas más lejanas del cerebro. A diferencia del balón, que ocluye la arteria, el Comaneci se expande suavemente mientras los médicos inyectan medicamentos vasodilatadores.
Para el especialista chiricano, la clave fue el rigor del protocolo: “El principal desafío fue técnico y conceptual: adaptar un dispositivo pensado para ‘sostener’ un aneurisma, a la tarea de dilatar segmentos arteriales largos y frágiles. Esto exigió definir cómo dosificar la fuerza para evitar la sobre expansión y establecer un protocolo de dilatación de distal a proximal”.
Los pacientes se seleccionaron rigurosamente, incluyendo solo a aquellos con vasoespasmo sintomático confirmado que era refractario a la terapia médica óptima (incluyendo nimodipino y milrinona directo a la arteria afectada a nivel cerebral), lo que subraya la gravedad de los casos tratados.
Resultados que redefinen el pronóstico
El estudio retrospectivo, realizado en 94 vasos sanguíneos de 14 pacientes críticos, demostró que la técnica es factible, segura y efectiva.
“La angioplastia con balón implica una oclusión súbita con alto riesgo de ruptura. En cambio, la asistencia con Comaneci permite una expansión incremental, preservando el flujo sanguíneo, siendo más ‘suave’ sobre la pared arterial”, señala De Obaldía.
Los resultados mostraron una mejoría significativa del vasoespasmo en el 92.7% de los vasos tratados, sin complicaciones permanentes ni perforaciones vasculares.
A pesar de la alta mortalidad esperada en estos casos, más de la mitad de los pacientes (51.5%) logró un resultado funcional favorable a los seis meses de seguimiento, un dato crucial que demuestra el impacto clínico de la técnica.
El Dr. De Obaldía destaca la importancia de los protocolos de seguridad, que incluyeron la anticoagulación estricta para mantener el Activated Coagulation Time (ACT) en el rango terapéutico. “Aprendimos que, aunque el dispositivo preserva el flujo, es crucial la monitorización constante. La oclusión transitoria que se resolvió con aspiración inmediata reforzó la necesidad de estar preparados para cualquier eventualidad, manteniendo siempre la seguridad del paciente como prioridad”.
El estudio concluye que el Comaneci no reemplaza totalmente la angioplastia con balón, sino que la complementa, ofreciendo una opción de primera línea más segura en los territorios vasculares distales.
“El dispositivo se perfila como una herramienta segura y de rápida adopción. Su implementación en Panamá es viable y puede mejorar de manera significativa la capacidad de manejo y los resultados neurológicos de nuestros pacientes”, concluye el galeno.
Siete puntos clave del dispositivo Comaneci
- Acceso a zonas críticas: permite tratar segmentos arteriales distales (M2, A2-A4) donde la angioplastia con balón es demasiado peligrosa por alto riesgo de ruptura.
- Flujo sanguíneo preservado: a diferencia de los balones que bloquean la sangre, la malla del Comaneci permite que el flujo anterógrado continúe, oxigenando el cerebro durante el procedimiento.
- Eficacia verificada: el estudio reportó una resolución exitosa y significativa del vasoespasmo en el 92.7% de los vasos sanguíneos intervenidos.
- Mecánica de precisión: ofrece una fuerza radial incremental (se abre gradualmente en 120 segundos) y ajustable, evitando el trauma abrupto en las paredes arteriales frágiles.
- Terapia híbrida protocolizada: combina la dilatación mecánica con la inyección directa de fármacos vasodilatadores, optimizando el efecto terapéutico.
- Perfil de seguridad robusto: no se registraron perforaciones, disecciones permanentes ni complicaciones a largo plazo relacionadas con el dispositivo.
- Potencial de estándar de poro: se perfila como una alternativa valiosa que amplía el arsenal terapéutico y mejora los resultados funcionales a largo plazo.
